lunes, 6 de diciembre de 2010

Estadísticas de mierda

La adecuada comprensión de las ideaciones y de los comportamientos suicidas exige un análisis desde diferentes perspectivas, fundamentalmente desde la histórica y la cultural, puesto que se está frente a un fenómeno multidimensional, que ha adquirido distintos significados a lo largo del tiempo y a través de las culturas (Fremouw, Perczel & Ellis, 1990).

Desde chiquito entendió que la vida era un asunto complicado. Apenas se podía decir que estaba empezando a andar, cuando la inexorable se le presentó frente a sus ojos. La suerte hizo que llegara a este mundo en las peores condiciones. Aun así pudo soportarlo. Frágil como un cristal sorteó toda clase de inconvenientes, por llamarlos de manera benévola, y no empezar tan pronto con el léxico de camionera.
Sus padres muertos por descuido, no tuvieron tiempo de enseñarle de que forma sostenerse en pié. Es que el sida y las drogas no les dejaban tiempo para ocuparse del pichón, que con sus oscuros ojos veia pasar los acontecimientos de lo que ya era su cruz a cargar.
Alguien se apiadó un poco, y lo tomó en sus brazos, pájaro herido. Y por un tiempo parecía que podia ser feliz.

Las referencias históricas apuntan a indicar que el término suicidio fue acuñado por Browne (1642) en su tratado Religio medici. Etimológicamente, este vocablo proviene de las voces latinas caedere y sui, que significan, respectivamente, matar y uno mismo (Seaver, 2002). Pese a la simplicidad de esta definición, la complejidad de este fenómeno se manifiesta claramente al momento de intentar caracterizarlo desde el punto de vista psíquico; no parece completamente adecuado describirlo como una mera reacción a circunstancias o agentes generadores de angustia o malestar, así como tampoco es posible identificarlo con un cuadro psicopatológico determinado. Al analizarlo, deben tenerse en cuenta factores de naturaleza biológica, psí­quica, sociológica, cultural y aún filosófica. El tratamiento de este tema involucra, a la vez, determinado tabúes, existentes aún en la esfera de acción de los profesionales de la salud mental (Casullo, Bonaldi & Fernandez Liporace, 2000).


Algo pasó en este tiempo y no nos dimos cuenta. Muchos pasamos tiempo con él, un tiempo que no sirvió de nada, no sirvió para nada. No logramos entre todos parar esto. Atendimos la herida superficial, y descuidamos el fondo de su alma. Y para peor de males, intentamos justificar nuestra ignorancia en nombre de la pedagogía y de lo que marca el estatuto.


Estudios desarrollados en el pais (Casullo, Bonaldi & Fernandez Liporace, 2000) verificaron que el 14% de los adolescentes escolarizados residentes en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano se ubicaban en la categoría de alto riesgo suicida; por esta razón parece impostergable profundizar el estudio de esos factores de riesgo, con el fin último de propiciar la detección precoz de los casos que deben recibir atención psicológica y concretar la prevención de las consecuencias posibles mediante el diseño de intervenciones adecuadas.


No se cuales son las intervenciones adecuadas. Y todos esos estudios me suenan hoy a palabras vacias, laburo al pedo, y en observar al otro como un objeto de investigación. Y no quiero leer mas eso. Con esos cuadros donde ponen a los chicos del colegio, encuadrados en estadísticas frias, transformados en una ecuación. No quiero verlo como muestra para la estadística.

Diferencias en el riesgo según sexo (muestra global):

• Riesgo por ideación: (x2= 8.415, 1 gl; sig= .004). Se verifican diferencias a favor de las mujeres (48 mujeres en riesgo vs. 19 varones en riesgo; 804 mujeres sin riesgo vs. 696 varones sin riesgo).


• Riesgo por puntuación: (t= -2.485, 1560 gl; sig= .014). No se verifican diferencias


El tamaño del efecto de las muestras es pequeño para la variable sexo en las cuatro submuestras y la total.


Diferencias en el riesgo según edad (muestra global):


• Riesgo por ideación: (x2= 11.003, 9 gl; sig= .275). No se verifican diferencias.


• Riesgo por puntuación: (F= 3.181, 9/1543 gl; sig= .158). No se verifican diferencias


En lo único que puedo pensar es en que él debería estar sonriente al sol. Pero decidió morir ayer.
Puta madre.










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