sábado, 25 de febrero de 2012

Como encajar en este mundo? (1)

Nada mas estimulante debe existir que el irse de vacaciones. La mágica sensación de no tener que hacer absolutamente nada, salvo prepararse para salir, sin horarios y sin obligaciones. Únicamente con el fin de disfrutar.
Con esta premisa organizamos este año nuestras cortas, pero inspiradoras vacaciones. Destino? Obviamente las sierras.
No es nada fácil para dos mujeres preparar el equipaje, así sea para una semana nada mas. Es que siempre puede una olvidarse algo, y ese algo seguramente es fundamental para subsistir: plancha del pelo, depiladora eléctrica, plancha de ropa, cremas de todo tipo, una diferente para cada cm de piel, bikini, bikinis, bikinisss, en fin, media casa. Pero aún así pudimos compactar todo en una valija grande, una mochila de 60 lts, dos mochilas mas pequeñas, y un bolsito matero.
Listo el equipaje, nos dispusimos a iniciar el viaje.
Llegar a la terminal es casi una aventura mas, pero somos mujeres entrenadas, y no hay tumulto, subidas ni bajadas que nos detenga, el calor no nos sofoca, y la lluvia no nos moja, salimos de vacaciones y nada puede con nuestro ímpetu deportivo y aventurero.
Que se demore el micro ya es un clásico. Algunos salen a horario, pero, por qué nunca es el nuestro? Es una pregunta sin respuesta...a no desesperar... ya estamos de viaje...no pasa nada...compramos un pancho?

21:15 Ding dooong!! Empresa TUS anuncia su servicio de las 21 hs con destino Alta Gracia por plataforma 37

-Uy!! Estamos en la 60! Apurate!

Y a correr...con la valija, la mochila, las mochilitas, el bolso matero, la multitud que se compacta cada vez mas...

-Pucha, cómo pesa!
-Tenés los pasajes a mano?
-Tendría que haber ido al baño
-Acá! 37!

Una vez que superamos el despacho del equipaje, con el siempre eterno temor de que algo se pierda, nos disponemos a disfrutar de las butacas por las siguientes 9 hs.

-Bien chicas, asientos 1 y 2, arriba.

Con una sonrisa mas grande que la del Guasón subimos por fin al micro raudamente. Las butacas 1 y 2 son las mas cómodas , no hay nadie adelante, y se ve el camino franco, las luces, los autos, la ruta, los bichos que se estrellan contra el vidrio, todo, absolutamente todo.

A las 3 de la mañana las butacas que parecían tan cómodas ya no lo eran tanto, el aire acondicionado nos esta matando y no sabemos que hacer con las piernas. Nos enroscamos como podemos y de tanto en tanto se escucha alguna expresión de fastidio. Por suerte trajimos la manta polar, la manta viajera, que ya tiene basta experiencia en largas distancias y cumple su función a la perfección: se duerme incómodo pero sin frío.

Despertar de madrugada durante el viaje de ida me resulta particularmente grato. Mirar la oscuridad del camino, y las estrellas que tal vez nos guían. Es como atravezar un túnel imaginario que une, o separa, el ayer del mañana, y hace que me ponga a pensar en muchas cosas, a veces nostálgicamente, pero siempre positiva y feliz. Los pueblos pasan uno tras otros, gente que se queda, gente que se va, es un privilegio ver la vida desde ese lugar.

Sin darme cuenta vuelvo a dormirme, al despertar otra vez por las primeras luces del amanecer, aparece la rotonda de Embalse.

-Despertáte! Que viene la parte mas linda del viaje!

El lago va surgiendo entre árboles frondosos y un cielo que se adivina diáfano aun a esa hora. Pequeños barcos descansan arrullados por el movimiento suave del agua, y el camino serrano, serpenteando como mi corazón cada vez que estoy ahí,  nos va acercando al destino. Aunque ya ese camino en sí es el destino.
Es el momento del viaje en el que se prepara el mate, y se comparte en silencio la gloria de estar.